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¿Quiénes son los religiosos mercedarios del Monasterio del Olivar?

¿Por qué vinieron a este lugar? ¿Qué sentido tiene su vida hoy en día?

El culto a la Virgen del Olivar fue confiado a los frailes mercedarios por Don Gil de Atrosillo, señor de la Baronía de Estercuel, en el año 1258.

La Orden de la Merced había sido fundada en Barcelona unos años antes por San Pedro Nolasco a inspiración de la Santísima Virgen María. Su carisma inicial, al que ha sido fiel toda su historia, fue la redención de cautivos.

Texto:

El poder y entender de Fray Pedro Nolasco y de todos los otros maestres que le han sucedido, el esfuerzo y la obra de los frailes de toda la Orden se ha encaminado siempre a esto: a que el maestre y los frailes que han hecho profesión en esta Orden, [...] trabajen de buen corazón y de buena voluntad y con toda obra buena en visitar y librar a los cristianos que están en cautividad y en poder de sarracenos o de otros enemigos de nuestra Ley, según la determinación y buena voluntad del maestre de esta Orden. (Proemio de las primeras Constituciones de la Orden de la Merced, 1272)

Los primeros frailes de la redención de los cautivos, con una organización propia de las órdenes militares y hospitalarias, constituyeron bahilías o zonas de recaudación para recoger las limosnas que permitían comprar los cautivos cristianos que sufrían atrozmente en el régimen de cautividad al que eran sometidos tras ser apresados en las zonas de batalla o más frecuentemente en acciones de piratería o razias.

Aquel impulso inicial, con una organización interna de orden mendicante al estilo de las que surgieron en la Edad Media, cuidó siempre de este lugar como un tesoro espiritual y semillero de vocaciones y apoyos a la causa de la libertad.

Durante siglos la Orden de la Merced ha liberado a decenas de miles de cautivos y ha extendido su espiritualidad redentora y mariana en numerosos lugares del mundo, especialmente en latinoamérica, donde desarrolló una importante labor evangelizadora y educadora. El Convento de Santa María de El Olivar dió a la Iglesia y al mundo personajes ilustres, como Fr. Jaime Llorenç de la Mata, fr. Juan Cebrián,arzobispo de Zaragoza y Virrey de Aragón o fr. Mariano Alcalá, mártir en la guerra fratricida en 1936.

Durante estos siete siglos y medio sólamente se abandonó el Convento en tiempos de persecuciones: de 1835 a 1878, y durante la guerra civil.

En la actualidad los mercedarios siguen desarrollando su carisma en aquellas situaciones de injusticia que oprimen al ser humano privandole de su libertad y dignidad. Según los lugares se trabaja en la educación, intervención contra la trata de personas, infancia marginada y sobre todo en el mundo penitenciario. En todos esos lugares se ofrecen caminos de liberación para vivir de nuevo las libertad de los hijos de Dios.

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